Santiago Eastman

Graphic 'n UI designer at Beek.io

Diseñar para una startup

El trabajo en una startup nunca termina, siempre tendrás algo nuevo que hacer. Si te gustan las aventuras y te divierten los retos probablemente trabajar o incluso crear tu propia startup serán una gran experiencia.


Done is better than perfect

Es una frase que zumba en nuestros oídos. “Hecho es mejor que perfecto”. Dentro del mundo de las startups es más común de lo que imaginas. Cuando lanzas tu startup, en las primeras etapas estás encofado en dos cosas: 1. lanzar tu producto lo más rápido que puedas, y 2. que la gente lo valide. Así te das cuenta que estás solucionando un problema y no, creando uno nuevo.

Pero “Hacer las cosas a medias”, es algo que en lo personal, detesto y probablemente todo diseñador también. El trabajo improvisado no es algo a lo que estemos acostumbrados. Por lo general somos metódicos, y desde el momento en que tomamos un lapiz y una pequeña hoja para rayar, queremos que todo sea perfecto, hasta el más mínimo detalle. Cuando entramos a estudiar diseño nos enfrentamos a un universo de tipografías, colores, texturas, fotografía, etc. Y siempre soñamos con entrar a trabajar en una agencia, y para el diseñador, el mundo de la publicidad puede ser un gran camino. Y aunque en la agencia aprendes a trabajar rápido, eso no significa que vayas a hacerlo bien.

Sin embargo en el mundo de las startups nada está hecho y el trabajo nunca termina. Las soluciones convencionales no funcionan, lo que nos exige a pensar fuera de la caja y salir de nuestra zona de confort. Empiezas a centrarte en el usuario, no solo en hacer que el diseño se vea bonito. Un diseñador de startup no solo debe “diseñar”, tenemos que analizar datos, hacer test A/B, tener nociones de diseño web y fundamentos de UX y UI. Si diseñas algo tienes que tener claro por qué lo hiciste así y no de otra forma, pensar en si el usuario se beneficia o no, si el nuevo diseño funciona mejor que la versión anterior y por qué. Para el diseñador una startup es una gran escuela, todos los días intentas superarte y hacer que tu producto sea algo que la gente ame.

Y aunque desde el principio queramos que todo salga perfecto, eso no va a pasar, hay que fallar. Es solo cuando fallas que entiendes como las personas realmente usan tu producto, donde hacen clic y por qué, si encontraron lo que buscaban o no, cuanto tiempo les tomó llegar y si querrán volver a usarlo. Fallar está permitido siempre y cuando tengas algo que aprender. Por eso, en una startup las derrotas son tan valiosas como las victorias. Pero esto no es una invitación a que entonces, tengas que hacer las cosas mal todos los días, NO. Es para que empieces a fijarte más en las cosas que haces mal y no en lo que hiciste bien.

Diseñar para una startup

Trabajar para una empresa o corporación grande tiene sus ventajas (buen salario y estabilidad) pero no te estas enfrentando a nuevos retos que te hagan pensar en soluciones creativas, te acostumbras a un horario, cumplir una rutina y dedicarte a resolver una tarea con una solución sencilla. Una startup no funciona así, aunque no tengas la misma estabilidad y los horarios sean diferentes, acá tienes la oportunidad de tomar decisiones. Eres parte fundamental de un grupo pequeño de personas que tratan de “comerce el mundo”. Nada funciona como lo esperas y te llegas a sorprender todos los días.

Por esa razón es que amo las startups y trabajar en ellas ha sido de las mejores experiencias que un diseñador podría tener, así que tienes la oportunidad de trabajar para una, no lo dudes y acepta. Ver crecer el proyecto día a día y saber que tu haces parte de ese pequeño grupo de personas te cambia la vida.

Cheers.


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